Todos los animales son iguales (Pero unos mas que otros)
En este libro George Orwell se despacha a gusto contra el sistema comunista de Stalin, el autor británico no lo pudo hacer público hasta cinco años después de finalizarlo en 1945 pues al estar reciente el final del conflicto mundial ningún editor tenía el valor de publicar la realidad del aliado que había ayudado a vencer al enemigo a pesar de que este compartía muchos de los métodos de aquello contra lo que luchaban.
El libro gira en torno a una granja de la que su dueño humano es desposeído por los animales dando lugar primeramente un estado de libertad y bienestar donde todos colaboran en la medida de sus posibilidades y mejoran indudablemente su vida no teniendo que mantener a una clase dominante como eran los humanos. Hasta que se plantean la construcción de un molino de viento, detonante de las luchas de poder entre los cerdos, clase dominante dado su intelecto superior al del resto de animales, esto se resuelve con la victoria de Napoleón utilizando unos fieros perros que el mismo instruyó desde jóvenes para el cumplimiento ciego de sus órdenes. A partir de ese momento Napoleón irá paulatinamente apropiándose de las costumbres de los anteriores dueños humanos de la granja y empeorando la vida de los animales de menor inteligencia para aumentar su poder de forma despótica.
Un libro entretenido y de duración justa que en su día abrió heridas y que hoy nos puede servir para darnos cuenta de que muchos métodos de dominio de la vida tienen ya un largo bagaje de perfección al servicio de una clase poderosa inútil, lastre de la mayoría de la humanidad.
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